La lógica es una ciencia formal que estudia los principios de la demostración e inferencia válida. La palabra deriva del griego antiguo que significa «dotado de razón, intelectual, dialéctico, argumentativo», que a su vez viene de «palabra, pensamiento, idea, argumento, razón o principio». Así como el objeto de estudio tradicional de la química es la materia, y el de la biología la vida, el de la lógica es la inferencia. La inferencia es el proceso por el cual se derivan conclusiones a partir de premisas.1 La lógica investiga los principios por los cuales algunas inferencias son aceptables, y otras no. Cuando una inferencia es aceptable, lo es por su estructura lógica, y no por el contenido específico del argumento o el lenguaje utilizado. Por esta razón la lógica se considera una ciencia formal, como la matemática, en vez de una ciencia empírica.
La lógica tradicionalmente se consideró una
rama de la filosofía.
Pero desde finales del siglo XIX, su formalización simbólica ha demostrado una
íntima relación con las matemáticas,
y dio lugar a la lógica matemática. En el siglo XX la lógica ha
pasado a ser principalmente la lógica simbólica, un cálculo definido por símbolos y reglas de inferencia, lo que ha permitido su
aplicación a la informática.
Hasta el siglo XIX, la lógica aristotélica y estoica mantuvo siempre una relación con los
argumentos formulados en lenguaje natural.
Por eso aunque eran formales, no eran formalistas. Hoy esa relación se trata bajo un
punto de vista completamente diferente. La formalización estricta ha mostrado
las limitaciones de la lógica tradicional o aristotélica, que hoy se interpreta
como una parte pequeña de la lógica de clases.
El
término «lógica», se encuentra en los antiguos peripatéticos y estoicos como una teoría de la argumentación o
argumento cerrado. De este modo la forma argumentativa responde al principio de conocimiento que supone que representa adecuadamente la
realidad. Por ello, sin perder su condición de formalidad, no son formalistas y
no acaban de desprenderse de las estructuras propias del lenguaje.
Con el nombre de Dialéctica,
en la Edad Media,
la Lógica mantiene la condición de ciencia propedéutica.
Así se estudia en la estructura de las enseñanzas del Trívium como una de las artes liberales.
En la Edad Moderna la lógica tradicional aristotélica
adquiere un nuevo enfoque en las interpretaciones racionalistas de Port Royal, en el siglo XVII, pero tampoco
supusieron un cambio radical en el concepto de la Lógica como ciencia.
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